domingo, 24 de marzo de 2013

Autoscopia

Retiro la cortina suavemente y observo desde la ventana de mi apartamento. Personas andando, de dos en dos, algunos en grupo, otros solos. Pocos coches hay por las calles de alrededores, pero de vez en cuando se para uno en el semáforo de la esquina, y de esos, algunos giran por mi calle y pasan por debajo del piso, dejando atrás éste pequeño habitáculo que tengo por hogar.
Delante del semáforo hay una cafetería de esas con cristaleras, y se puede ver a la gente que, sin saberse observada, está sentada en las mesas leyendo el periódico o tomando un café. Algunos incluso están comiendo bocadillos.
 Fijo la vista en una muchacha de pelo largo, mirada triste y manos temblorosas que está apoyada contra la gran ventana. No la veo con total claridad, pero parece que está triste. Hay algo en ella que me hace temblar a su unísono. La imagen está como gelatinosa, su imagen en el cristal parece hecha al óleo. Está retirando con el dedo pulgar y el índice la cortina y mirando con ojos fijos hacia mi dirección. Yo me quedo tan petrificada que no puedo salir de allí. Esa chica se parece extrañamente a mí...De repente conecto con ella y SÉ que soy yo (Extraña sensación) Siento su miedo, su corazón late repentinamente acelerado y un frío penetrante recorre mis extremidades. Y las suyas. Me pregunto cómo puede eso ser real, pero bastantes problemas tengo ya. Un sonido me avisa que el café está listo y vuelvo a la cocina.

domingo, 10 de marzo de 2013

Programa de refuerzo de gran coste

A mi izquierda: la esperanza de una llamada, una curva que deje entrever un punto de luz en este camino lleno de amargura.
A mi derecha: un cigarro, pañuelos sin esperanza, y un hoyo cavado por mí misma lleno de desesperación.
A mis espaldas: mucho esfuerzo sin recompensa. Tiempo perdido.
De frente: un camino que no toma ningún sendero, y los toma todos a la vez. Incertidumbre.

A mi alrededor, personas que recorren sus respectivos caminos y un mundo donde al parecer, casi todos encuentran su cometido. ¿Cuál será el mío?
32 años metidos en un frasco de sensaciones ambivalentes y luchas perdidas. Le pongo un tapón y me lo guardo en el bolsillo de mi abrigo.