viernes, 23 de mayo de 2008

Antropofagia sexual

Me da igual lo que me digan ahora, lo que hicimos ya nadie lo puede cambiar. Y tu siempre estarás conmigo, le guste a la gente o no. Y yo soy feliz.
Fue la única solución que encontramos, buscando entre mil destinos posibles. Fue entre tu y yo, lo demás no importa. Los dos estábamos de acuerdo. Nos encontramos y pudimos realizarnos como personas, pudimos establecer esa unión que ansiábamos, que nos obsesionaba y que nos apartaba del resto del mundo. Encontramos nuestra otra mitad. ¿Quién más puede decir eso?
Sí querido, te comí. Tu querías ser comido y yo quería comer. Lo planeamos todo, por dónde empezar, dónde conseguir sufientes sedantes para que no notaras nada, o lo justo. Hicimos el amor entre plato y plato, qué orgasmos.
Qué sensación, qué placer, cuánto amor. Sólo nos impulsaba el amor. Amor fanático, intenso, recíproco. Amor en su estado puro. Tanto amor que no podíamos sino unirnos en carne y hueso. Te recuerdo, mi ángel, recuerdo tu sabor. El sabor es el resumen de tu esencia. Ya nadie me va a separar de ti.

1 comentario:

Mar Pérez Riera dijo...

Nena... tela marinera!
M'ha agradat aquest blog teu; enfocat des de la psicologia. Trobo que és molt agradable llegir textos curts i tan intensos.... Gràcies!!
Mar