viernes, 21 de noviembre de 2008

Inspirado en Magritte


Érase una vez un hombre que cansado de buscar el amor, cansado de conocer mujeres incompletas, mujeres que no le hacían feliz, decidió que se la crearía él mismo.
Para eso, tuvo que soñar muchas veces y dibujar mucho, hacer muchas probaturas y dejar que el instinto le guiara. Tuvo que esperar hasta que la musa llegara para decirle al oído cómo sería su mujer. Y llegó. Y empezó su obra. La hizo a imagen y semejanza de su diosa, su luna y su sol. La quiso desde el primer dedito que le pintó. Su corazón estaba lleno de amor y deseo.
Al terminar, la besó.
Él hablaba y contaba cosas, y ella aprendió a leer y escribir, aprendió las artes del amor. Pasado un tiempo, él la preparó para salir al mundo exterior, para presentarla oficialmente y casarse.
Y llegó el temible día, ése en que la mujer quiso conocer a otros hombres y buscar su amor. Se alejó de él, pero de vez en cuando le enviaba cartas narrando sus aventuras. Cierto día le llegó una carta, pasados unos años. Una carta dónde ella le decía que encontrar el amor era muy difícil, y que por favor le explicara cómo crear a su hombre.

4 comentarios:

Sink dijo...

Muy bueno, me a gustado mucho. Ademas no tiene nada que ver con trastornos y movidas de estas. mu bien ;)

Karolina dijo...

Todos fuimos y somos a la vez pintor y cuadro. Todos quisimos pintar a otro sus detalles y nos quisieron hacer a su gusto y deseos.
Moraleja: no hay salvadores, y todo vuelve, pero diferente..

Te felicito.

Unknown dijo...

sóc súper fan!

Laia dijo...

M'encanta la moralina d'aquest! Molt bo!!