miércoles, 22 de octubre de 2008

Síndrome del Impostor

- Buenos días Doctor.
- Buenos días. ¿Cómo se encuentra?
- Pues estoy desquiciado. No se lo va a creer, pero mi esposa no es mi esposa.
- ¿Cómo?
- Cómo se lo explico Doctor. ¡Es tal la impotencia que siento! Pues al volver un dia a casa, me la encuentro allí, en el sofá. Estava cosiendo, como de costumbre hacía mi señora, pero cuando me fijé en ella, vi que no era ella. Se parece sí...no se lo niego. Se parece hasta en su manera de caminar...sus ojos...su ropa...su sonrisa...pero le digo que ¡no es ella! Doctor, haga algo por favor, no puedo seguir así.
- ¿Ella está aquí ahora?
- Se ha quedado fuera esperándome. Ha insistido en que vengamos al médico, y claro, he querido entrar solo para contarle este fraude. Desde luego, esta señora ha hecho un buen trabajo, se le parece tanto...pero le digo que es una impostora, ella no es mi mujer. ¿Usted sabría reconocer a su mujer verdad Doctor? Pues yo también.
- ¿Y cómo se lo explica, todo esto?
- Sólo se me ocurre que la hayan secuestrado y le hayan hecho un clon, sinó, ¡¿qué exlicación va a tener!?
- Claro...

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